Una llamada por celular desde República Dominicana a Panamá fue suficiente para que Interpol hallara a Fermín Taveras, acusado en el caso de los cinco jóvenes plagiados y ultimados en La Chorrera.
Fuentes cercanas al caso detallaron que en la llamada Taveras contó a su novia en Panamá, Juanita, que acababa de operarse las manos para borrarse las huellas.
En el tiempo que habló Interpol logró triangular la llamada y hallar las coordenadas de su escondite. Eso fue el 16 de noviembre.
La información fue dada a la policía dominicana, que impuso un cerco en la zona y dos días más tarde lo sorprendió sin camisa frente a una casa en Boca Chica, en las afueras de la capital.
Para escapar, Taveras se sumergió en un tanque lleno de agua, pero le faltó aire y al salir a respirar lo agarraron.
Después de su captura, la policía de la isla abrió una investigación para hallar y procesar a quien lo operó. Además investiga si es verdad que Taveras estuvo implicado en otros homicidios en ese país, como lo denunció su cómplice Alcibíades Méndez, preso en Panamá.
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